jueves, 26 de mayo de 2011

Después de dos trenes


Ahora que volvemos a estar lejos, ¿en qué pensás?, ¿en qué pensás? Soy un tipo travieso, una mujer idiota. Porque pasa, pasa, pasa eso y pasa más, y llega la muerte, de nuevo de siempre primera vez. Llega  llego, de nuevo, sólo quiero estar con vos. Y tenés los ojos tristes. Y te miro y te veo triste. Escuchen, entonces: hay una mujer con los ojos tristes. Qué digo, qué estoy diciendo, hay millones de mujeres que están diciendo adiós en el mismo instante en que está cambiando tu vida, tu historia. Millones de ojos tristes convalecientes todavía espasmódicos y sin más recuerdo que el de ese nombre que sigue latiendo y lo hará para siempre. Un nombre que late.
Tu vida no para, un subte anda fuerte, un hotel un trabajo una carrera para llegar ¿a dónde?, cierto, a un lugar seguro. Pero ahora que volvemos a estar lejos, en qué pensás, ¿en qué pensás? Me importa tu sonrisa más que la de nadie. Y tus ojos tristes me tienen preocupado. Sólo vos entre todos los millones, ¿eso  hace el trabajo más difícil o más fácil? Qué importa. Trabajo para tu sonrisa más grotesca, lo demás es un llamado a mitad de la noche. Las risas más fuertes se dan en la cama, y las palabras reveladoras después de tu cuerpo. Entonces, escuchame.
 

martes, 10 de mayo de 2011

Poema cuatro


Demasiado, hace calor acá. Me voy a ir a fumar un pucho, una pipa de agua con vos. Agua, debería bañarme, o meterme en el mar o nadar hasta ¿tu costa?, sí, tu costa llena de vos, de edificios gigantes y subtes que bajan como submarinos y tus ojos de nuevo, pero esta vez no me despido, mejor me quedo, duermo en una iglesia o duermo entre los perros, duermo y me abrigo de tu recuerdo y se me pasa el frío. Y sueño que venís con un abrigo inmenso, como decís vos: “tengo varias capas”, varias capas de abrigo de vos, eso quiero, que me pases el brazo por el cuello y me alteres la temperatura mientras yo me meto en cada pliegue, me filtro como un microscopio se filtra en las escamas de una mariposa, y te veo de cerca, en detalle, te siento al milímetro y me convierto en tus células porque abro los sentidos y te oigo con los dedos y te escucho con la boca, y ya no hay perros ni iglesia, hay una sinestesia gigante de tu cuerpo en capas que me abriga, y pasa el domingo y nunca llega otro día, un descanso total en horas circulares, como si amarse fuera una ruleta llena de números cero.


domingo, 8 de mayo de 2011

Estúpido


Soy un estúpido, perdoname. Dejame que lo diga así, en masculino, sí, estúpido, soy un estúpido, perdoname. Mi amor, no pude hacer nada, estuve todo el día emborrachándome. Quise escribirte, quise, quise, pero el alcohol no me dejó, no pude desenmarañar las palabras que se  clavan acá, y me duelen, me hernian cuando no las puedo tocar. Otra vez, hice lo mismo de nuevo, otra vez, de nuevo, qué tonto fui, perdoname otra vez,  perdoname de nuevo. Ahora borro, me arrodillo, arruino todo una vez más, estar en otro lado de uno mismo es intraducible. Como decir te quiero en alemán, intraducible. Qué estúpido soy, qué tonto. No me veas llorar, me da vergüenza. Gracias, la última vez, así, adentro de tu cuerpo. Las manos, si podés apoyámelas en el pecho, aunque sea débil, dejame llorar, así, adentro de tu cuerpo. Qué tonto, mi amor, otra vez.  Abandoname, mejor abandoname, ahora, por favor, pegame lastimame gritame, pegame, por favor, hasta que aprenda, mi amor, hasta que aprenda. Soy tan estúpido, qué tonto, mi amor, vos sos la ternura. No me dejes, no me dejes hoy, ahora, así, no me dejes, aunque te pida no me dejes, por favor. Lloro esto y no lloro más, esta noche tirame en un rincón, a mí y a estos espasmos insoportables, tiralos, y si tengo miedo por favor, no te asustes, intraducible este dolor, mi amor, es intraducible. Y vos sos la ternura. Qué tonto, mi amor, soy un estúpido. Son esos fantasmas, soy yo el que les abre la puerta. Sos tan linda, tan linda mi amor, perdón, acariciame si podés. Sos como una mamá que quiere a sus hijos, ¿las mamás que quieren a sus hijos serán como vos?, ¿vos vas a querer a tus hijos?, yo  voy a tratarlos mal, aunque no quiera, seguro que les voy a pegar, a lo mejor me voy para dejarlos huérfanos, y que se olviden de mí, ojalá, que me olviden para siempre, pero vos, vos vas a saber querer a tus hijos y ellos te van a amar y a decir mami y a llenar el corazón de besos.  Porque vas a ser una madre hermosa, quisiera que seas mi mamá, pero qué digo, qué estoy diciendo. Perdoname, por favor, ya voy a calmarme, te prometo. Qué estúpido, mi amor, ya se me va a pasar. Después de esto me voy y te dejo, no quiero que me quieras, no mi amor, soy un tonto. Intraducible, mi amor, este dolor, intraducible. Mi amor, perdón, vos sos la ternura. 


miércoles, 4 de mayo de 2011

Poema dos


¿estoy dormida?, mejor apagá la luz, sí, así está muy bien, ¿y sabés? ¿me puedo prender un puchito?, bueno, está bien, después, ahora no, ¿agua?, ya busco la botella pero caminemos un poco más, aunque haga frío caminemos que me gusta con vos de la mano,  qué linda es tu mano, ¡y cómo me gusta agarrarla!, che, mirá,  mirá  cómo se hincha esa calle cómo  crece el pecho del cielo mirá cómo baila, la gente sabe, en este lugar hay una pausa un suspiro un qué importa todo está bien, ¡todo está tan  bien!, que no puedo parar de reír, te digo  basta,  porque me va a doler la panza de reírme así, y de repente se abre la puerta con trapecios y circo beat ese show luces y una travesti hermosa, súper exuberante, aparece en escena y canta una canción bien gay, todos aplaudimos,  pero ¿y eso?  ¿es una película? ¿de qué me acordé?, debe ser que estoy en ese momento del sueño en que se mezcla todo, sí, es porque me estoy por dormir, no te preocupes, quizás son mis ganas de quedarme acá, ahí acá, son adverbios, ¿y sabías que los adverbios son palabras instintivas, básicas, palabras más necesarias que mamá?, por ejemplo el no y el , palabras primitivas, ¡y son adverbios!, ni sustantivos ni verbos ni putos adjetivos, ¡son adverbios!, como ayer hoy y mañana y ahora, sí, mi abuela escucha un tango en la radio rota, un tango roto suena bien porque el tango es roto quebrado que quiere pegar pero llora enredado ahora me corro más para allá, mejor abrazame, mirá cómo suena dejame escucharte, sí, ahora, traé la guitarra lo primero que se te ocurra, eso, así, yo me acuesto pero te escucho así te siento mejor, me encanta ahora no puedo parar de pensar, y  se hizo tarde, comamos algo pero ¿se cortó la luz? no, eso después, ahora comamos y después me tocás también esa canción que me gusta tanto y otra y otra y todo lo que sepas quieras dejame tocarte despacito ahí ay hay mil historias todas juntas de otros años de antes de después y más adverbios de tiempo ¿una historia? no sé, no sé contar historias te dije contame vos, sí, contame, bueno, una cada una pero no me salen bien, está bien, tenés razón, te cuento una historia pero mirá cómo mirás, ¿te viste la mirada?, nadie que te mire a los ojos podría gritar, aunque gritar está bien en otro contexto que no sea el de tus ojos, y ahora que me acuerdo me dio cosita, cómo se cuenta la vida  ¿escuchás?, creo que todavía no me dormí, estoy en ese momento del sueño que no es sueño todavía, ¿ya te lo dije, no?, que estoy  por dormirme profundo, en ese estado previo que es como  un limbo, un trance, ¿estado alfa?, sí, creo que lo llaman así,  por eso no distingo si esto es mi casa o el hotel pero pará que llamo a mi abuela, no sé a dónde estoy viajando, ¿Lomas, Lanús, Banfield? ¿Capital?, desde dónde te pienso ya no sé, desde dónde me acuerdo tampoco, esperá que me ubico, sí, a veces hablo fuerte y estamos ¿dónde? ¿vos viste qué linda es Buenos Aires?, a veces se me llena el pecho de emoción y me sube agua hasta mitad de los ojos, y ahora me subo al micro en la avenida Yrigoyen, estoy con mi hermano y al pobre lo hice levantar para que me acompañe para no perderme y hace frío un frío polar si me muevo me quiebro porque se me congeló de la rodilla para abajo y cómo hablás ese francés tan lindo, te quiero escuchar ahora, en este momento del casisueño, con tu guitarra y  sí, ya me duermo profundo, ¿me habré dormido ya? , ¡ah, esperá!, ¡no te conté!, mi hermano me regaló una azucarera, ¡si vieras lo linda que es!, ¿vieras?, ¿por qué te conjugué en segunda y en ese tiempo y en ese modo?, me hice reír, ¿se habrá escuchado?, creo que es el micro de vuelta, sí, nos despedimos en el subte, entre las dos líneas, dos pasillos dos túneles y a otro lugar, otra tierra, el mar de mi costa a mí me gusta porque es furioso, y cuando te metés tenés que luchar, no podés hacer la plancha porque chau, te lleva lejos te mata, y Buenos Aires también no te deja dormir, porque te arrastra la gente los autos los edificios se caen pero si sabés nadar sabés seguir y hasta podés leer en la orilla, ¡ay!, qué fría está el agua y tengo las manos congeladas, no, al médico no, pará, mirame de nuevo así me acuerdo, cierto, eras así, sí,  si la tranquilidad tuviese forma sería redondita medio rasgada como tus ojos, ahora ya me duermo profundo porque ya tengo el cuerpo calentito, qué lindo es dormirse así, definitivamente no sé dónde estoy, si esto es un micro  un tren  un hotel o  mi cama, pero pará, dejame un poquito más, que no me quiero olvidar de nada.