jueves, 26 de mayo de 2011

Después de dos trenes


Ahora que volvemos a estar lejos, ¿en qué pensás?, ¿en qué pensás? Soy un tipo travieso, una mujer idiota. Porque pasa, pasa, pasa eso y pasa más, y llega la muerte, de nuevo de siempre primera vez. Llega  llego, de nuevo, sólo quiero estar con vos. Y tenés los ojos tristes. Y te miro y te veo triste. Escuchen, entonces: hay una mujer con los ojos tristes. Qué digo, qué estoy diciendo, hay millones de mujeres que están diciendo adiós en el mismo instante en que está cambiando tu vida, tu historia. Millones de ojos tristes convalecientes todavía espasmódicos y sin más recuerdo que el de ese nombre que sigue latiendo y lo hará para siempre. Un nombre que late.
Tu vida no para, un subte anda fuerte, un hotel un trabajo una carrera para llegar ¿a dónde?, cierto, a un lugar seguro. Pero ahora que volvemos a estar lejos, en qué pensás, ¿en qué pensás? Me importa tu sonrisa más que la de nadie. Y tus ojos tristes me tienen preocupado. Sólo vos entre todos los millones, ¿eso  hace el trabajo más difícil o más fácil? Qué importa. Trabajo para tu sonrisa más grotesca, lo demás es un llamado a mitad de la noche. Las risas más fuertes se dan en la cama, y las palabras reveladoras después de tu cuerpo. Entonces, escuchame.
 

martes, 10 de mayo de 2011

Poema cuatro


Demasiado, hace calor acá. Me voy a ir a fumar un pucho, una pipa de agua con vos. Agua, debería bañarme, o meterme en el mar o nadar hasta ¿tu costa?, sí, tu costa llena de vos, de edificios gigantes y subtes que bajan como submarinos y tus ojos de nuevo, pero esta vez no me despido, mejor me quedo, duermo en una iglesia o duermo entre los perros, duermo y me abrigo de tu recuerdo y se me pasa el frío. Y sueño que venís con un abrigo inmenso, como decís vos: “tengo varias capas”, varias capas de abrigo de vos, eso quiero, que me pases el brazo por el cuello y me alteres la temperatura mientras yo me meto en cada pliegue, me filtro como un microscopio se filtra en las escamas de una mariposa, y te veo de cerca, en detalle, te siento al milímetro y me convierto en tus células porque abro los sentidos y te oigo con los dedos y te escucho con la boca, y ya no hay perros ni iglesia, hay una sinestesia gigante de tu cuerpo en capas que me abriga, y pasa el domingo y nunca llega otro día, un descanso total en horas circulares, como si amarse fuera una ruleta llena de números cero.


domingo, 8 de mayo de 2011

Estúpido


Soy un estúpido, perdoname. Dejame que lo diga así, en masculino, sí, estúpido, soy un estúpido, perdoname. Mi amor, no pude hacer nada, estuve todo el día emborrachándome. Quise escribirte, quise, quise, pero el alcohol no me dejó, no pude desenmarañar las palabras que se  clavan acá, y me duelen, me hernian cuando no las puedo tocar. Otra vez, hice lo mismo de nuevo, otra vez, de nuevo, qué tonto fui, perdoname otra vez,  perdoname de nuevo. Ahora borro, me arrodillo, arruino todo una vez más, estar en otro lado de uno mismo es intraducible. Como decir te quiero en alemán, intraducible. Qué estúpido soy, qué tonto. No me veas llorar, me da vergüenza. Gracias, la última vez, así, adentro de tu cuerpo. Las manos, si podés apoyámelas en el pecho, aunque sea débil, dejame llorar, así, adentro de tu cuerpo. Qué tonto, mi amor, otra vez.  Abandoname, mejor abandoname, ahora, por favor, pegame lastimame gritame, pegame, por favor, hasta que aprenda, mi amor, hasta que aprenda. Soy tan estúpido, qué tonto, mi amor, vos sos la ternura. No me dejes, no me dejes hoy, ahora, así, no me dejes, aunque te pida no me dejes, por favor. Lloro esto y no lloro más, esta noche tirame en un rincón, a mí y a estos espasmos insoportables, tiralos, y si tengo miedo por favor, no te asustes, intraducible este dolor, mi amor, es intraducible. Y vos sos la ternura. Qué tonto, mi amor, soy un estúpido. Son esos fantasmas, soy yo el que les abre la puerta. Sos tan linda, tan linda mi amor, perdón, acariciame si podés. Sos como una mamá que quiere a sus hijos, ¿las mamás que quieren a sus hijos serán como vos?, ¿vos vas a querer a tus hijos?, yo  voy a tratarlos mal, aunque no quiera, seguro que les voy a pegar, a lo mejor me voy para dejarlos huérfanos, y que se olviden de mí, ojalá, que me olviden para siempre, pero vos, vos vas a saber querer a tus hijos y ellos te van a amar y a decir mami y a llenar el corazón de besos.  Porque vas a ser una madre hermosa, quisiera que seas mi mamá, pero qué digo, qué estoy diciendo. Perdoname, por favor, ya voy a calmarme, te prometo. Qué estúpido, mi amor, ya se me va a pasar. Después de esto me voy y te dejo, no quiero que me quieras, no mi amor, soy un tonto. Intraducible, mi amor, este dolor, intraducible. Mi amor, perdón, vos sos la ternura. 


miércoles, 4 de mayo de 2011

Poema dos


¿estoy dormida?, mejor apagá la luz, sí, así está muy bien, ¿y sabés? ¿me puedo prender un puchito?, bueno, está bien, después, ahora no, ¿agua?, ya busco la botella pero caminemos un poco más, aunque haga frío caminemos que me gusta con vos de la mano,  qué linda es tu mano, ¡y cómo me gusta agarrarla!, che, mirá,  mirá  cómo se hincha esa calle cómo  crece el pecho del cielo mirá cómo baila, la gente sabe, en este lugar hay una pausa un suspiro un qué importa todo está bien, ¡todo está tan  bien!, que no puedo parar de reír, te digo  basta,  porque me va a doler la panza de reírme así, y de repente se abre la puerta con trapecios y circo beat ese show luces y una travesti hermosa, súper exuberante, aparece en escena y canta una canción bien gay, todos aplaudimos,  pero ¿y eso?  ¿es una película? ¿de qué me acordé?, debe ser que estoy en ese momento del sueño en que se mezcla todo, sí, es porque me estoy por dormir, no te preocupes, quizás son mis ganas de quedarme acá, ahí acá, son adverbios, ¿y sabías que los adverbios son palabras instintivas, básicas, palabras más necesarias que mamá?, por ejemplo el no y el , palabras primitivas, ¡y son adverbios!, ni sustantivos ni verbos ni putos adjetivos, ¡son adverbios!, como ayer hoy y mañana y ahora, sí, mi abuela escucha un tango en la radio rota, un tango roto suena bien porque el tango es roto quebrado que quiere pegar pero llora enredado ahora me corro más para allá, mejor abrazame, mirá cómo suena dejame escucharte, sí, ahora, traé la guitarra lo primero que se te ocurra, eso, así, yo me acuesto pero te escucho así te siento mejor, me encanta ahora no puedo parar de pensar, y  se hizo tarde, comamos algo pero ¿se cortó la luz? no, eso después, ahora comamos y después me tocás también esa canción que me gusta tanto y otra y otra y todo lo que sepas quieras dejame tocarte despacito ahí ay hay mil historias todas juntas de otros años de antes de después y más adverbios de tiempo ¿una historia? no sé, no sé contar historias te dije contame vos, sí, contame, bueno, una cada una pero no me salen bien, está bien, tenés razón, te cuento una historia pero mirá cómo mirás, ¿te viste la mirada?, nadie que te mire a los ojos podría gritar, aunque gritar está bien en otro contexto que no sea el de tus ojos, y ahora que me acuerdo me dio cosita, cómo se cuenta la vida  ¿escuchás?, creo que todavía no me dormí, estoy en ese momento del sueño que no es sueño todavía, ¿ya te lo dije, no?, que estoy  por dormirme profundo, en ese estado previo que es como  un limbo, un trance, ¿estado alfa?, sí, creo que lo llaman así,  por eso no distingo si esto es mi casa o el hotel pero pará que llamo a mi abuela, no sé a dónde estoy viajando, ¿Lomas, Lanús, Banfield? ¿Capital?, desde dónde te pienso ya no sé, desde dónde me acuerdo tampoco, esperá que me ubico, sí, a veces hablo fuerte y estamos ¿dónde? ¿vos viste qué linda es Buenos Aires?, a veces se me llena el pecho de emoción y me sube agua hasta mitad de los ojos, y ahora me subo al micro en la avenida Yrigoyen, estoy con mi hermano y al pobre lo hice levantar para que me acompañe para no perderme y hace frío un frío polar si me muevo me quiebro porque se me congeló de la rodilla para abajo y cómo hablás ese francés tan lindo, te quiero escuchar ahora, en este momento del casisueño, con tu guitarra y  sí, ya me duermo profundo, ¿me habré dormido ya? , ¡ah, esperá!, ¡no te conté!, mi hermano me regaló una azucarera, ¡si vieras lo linda que es!, ¿vieras?, ¿por qué te conjugué en segunda y en ese tiempo y en ese modo?, me hice reír, ¿se habrá escuchado?, creo que es el micro de vuelta, sí, nos despedimos en el subte, entre las dos líneas, dos pasillos dos túneles y a otro lugar, otra tierra, el mar de mi costa a mí me gusta porque es furioso, y cuando te metés tenés que luchar, no podés hacer la plancha porque chau, te lleva lejos te mata, y Buenos Aires también no te deja dormir, porque te arrastra la gente los autos los edificios se caen pero si sabés nadar sabés seguir y hasta podés leer en la orilla, ¡ay!, qué fría está el agua y tengo las manos congeladas, no, al médico no, pará, mirame de nuevo así me acuerdo, cierto, eras así, sí,  si la tranquilidad tuviese forma sería redondita medio rasgada como tus ojos, ahora ya me duermo profundo porque ya tengo el cuerpo calentito, qué lindo es dormirse así, definitivamente no sé dónde estoy, si esto es un micro  un tren  un hotel o  mi cama, pero pará, dejame un poquito más, que no me quiero olvidar de nada. 


jueves, 31 de marzo de 2011

Exterior


                                                                                                                Sos demasiado para mí, tu manera de demostrar, de hablar, de vestirte. tu humor astilloso, tu candelabro en la noche no soy para vos o sí. Qué raro verte. Estoy fumada, no sé bien lo que digo. tengo acidez, el porro me mata. Disculpá, no no no, no creas mucho en lo que digo, no me llega el agua al tanque estoy fumada perdón decile vos al tachero a dónde vamos decime vos qué tengo que hacer ahora decime vos si te llamo o nunca más decime vos no entiendo nada fumé mucho y a mí la marihuana siempre me pega mal pero no quiero decir que no sé qué voy a decirte soy un desastre una chanchada no entiendo nada estoy por vomitar pero pará no no me acaricies la espalda no no seas buena no seas nada dejame andate dale andate dejame te estoy diciendo que te vayas  hija de puta andate dejame sóla mirá que me saco un instante un instinto violento un revolver tengo para defensa y vengo de apuro de puro maltrato soy porque si estoy bien mañana te llamo qué desastre armé un circo un show le pegué a un tipo vomité sobre tu falda escupí tu cara quedé semi dormida en un cordón en una casa que no es la mía dónde estoy y fumé y no no me pega nunca bien y ahora que te vomité y me dejaste no no no no me des ni aunque de rodillas te pida una nueva cita ya no puedo ser decente una vez que se pierde el rumbo se pierde el rumbo se pierde


Ella cree que soy especial. Me pide el número en un bar se lo dejo en un servilleta anotado y con mi nombre, se lo dejo me animo y ya está, se lo dejo. Me llama, no nos vemos, pero un día después de un mes y medio voy a la casa. Ella cree en algo que yo no. Si yo creyera en mí tal vez sería más fácil tener sexo. pero ese día no hay sexo, gracias a dios no hay sexo. Whisky, whisky…¿where you are? ¿Sólo cerveza? Vino tinto, claro, blanco no, ni en pedo. Los espumantes tampoco. Cerveza, sí, no hay drama- El fernet no me gusta pero tomá tranquila. Yo pienso me compraría una petaca dónde hay un kiosko pienso dónde hay un lugar sombrío donde tomar hasta quedar a punto. Cerveza, buenísimo, hasta ahí nomás. Treinta y un años y un hijo. Una hija, perdón. Sos madre, sí, sos mamá. Sos mamá. Sos mamá. Un año y medio hace que sos madre. Sí, no importa, no sé está bien sos vos no importa. Hoy estoy nerviosa porque es hoy, la primera vez, y porque vengo de una depresión psiquiátrica. Estar internada en un loquero es tan cálido. Como un fogón cuando sos chico en un camping, estar en un loquero es tan cálido. Pero te deportan, te llevan de nuevo al mundo a los semáforos, a las mujeres. Te dan pastillitas y una patada en el culo. Las mujeres se asustan con tus antecedentes. Pero ella no, ella se deleita en tu mambo tango bolero de amor oscuro no puede resistirse. Le decís que no sos lo que ella cree y con eso que le decís ella confirma que sos en verdad lo que necesita y qué problema, vas a matar a esta mujer esta misma noche o alguna después. Alguien pelea, te invita un trago un viejo quiere tener sexo con vos. no entiende, no entiende que no que hoy hay una mujer dando vueltas que te mira a los ojos fijo fijo  y te toca la pierna y te habla a dos centímetros de la boca boca  fijo ojos fijo boca le pego al tipo lo agarro de la camisa y le digo basta lo amenazo le digo que se quede tranquilo que mire su trago y que a mí ni me hable que la próxima lo echo del bar que acá mando yo que ya me conocen. Se queda tranquilo. Viene ella, intenta separarme, calmarme tranquilizarme hice un escándalo. Me echan del bar ella viene con su cartera de mujer fina color marrón con mariposas de cuero y su camperita beige y sus botas que hacen tac tac tac vienen casi corriendo y deja todo en el piso su camperita y su cartera de mujer elegante y fina que ya es madre y se fija en mí en mí en mí que soy la peor mierda de este mundo y le digo disculpá pero no esto no es para vos andate pero se queda y yo

Lo peor de todo es que siento todo el tiempo que le estoy haciendo mal y ella va a burlarse a invitar a sus amigos esa tarde a celebrar mi estupidez va a reírse de mí manera de ser extraña manera de peguntar de responder siento que es ridículo esta performance que tengo que llevo como un karma que no soy ni un poco que mañana tampoco tendré la fuerza que necesito pero tengo su amor la tengo enamorada de los dedos agarrada de la boca de los dientes. La llevo con una cuerda imaginaria a todos lados siempre me piensa y ya  puedo olvidar la responsabilidad de agradarle por qué sudo tanto transpiro tiemblo me vienen las náuseas los mareos la soledad arrogante y ya quiero irme a casa y tomar cuando me despierte un whisky para recuperarme repensar el amor una vez más pero de otra manera será la tarea ella me ama qué voy a hacer es la mujer más hermosa del mundo puedo jurarlo la más hermosa pero no puedo dejar no puedo permitir que malgaste su amor conmigo un acto generoso en estos tiempos sería decirle que se vaya o matarla e irme pero me ama que se vaya pero la amo que se vaya o andate vos no sé valiente una mujer me quiere me pone rara me lo dijo me ama y la amo pero soy un desastre qué hago yo andate irme ir aunque duela porque ama y la amo qué lástima me está matando mata pero me ama


martes, 8 de marzo de 2011

Barrio de Chueca


lapicera maldita hecha de frío, de un hogar en la loma del limbo, del otoño aquel en Johannesburgo. Sos una chica de recuerdos difusos, no sabés si tu madre ha sido buena o no lo ha sido. Quizás sea mejor preguntarse si la vida valió la pena. O vale, todavía pulsa. Entonces, comunicate con ella, usá el ombligo telepático materno. Y agradecele, simplemente, el tener sueños y hambre los domingos y náuseas después del sexo. Yo que he padecido la prostitución más aberrante, puedo decirte sonriendo que el amor existe. Ella existe, el amor existe. Está en La Capital  y en la provincia de Buenos Aires. Está en Chubut  y  Afganistán. Está en la rebelión de Egipto. Está en el Himalaya y en New York, está en Perú Chile Bolivia. Está en las Malvinas y en la Antártida cagándose de frío, a punto de amputarse no sé qué dedo de qué pie, no alcanzo a distinguir del todo. Pero Ella está bien, no te preocupes. Está en París arriba de la torre. Está borracha delicadamente la reconozco por su finura exótica, menea la cintura en el Barrio de Chueca. Está. Así, en todos lados de este puto mundo lleno de agua y tierra. Está, en todos lados. Ella está y se reproduce como un virus. Pero es buena, no le temas. Ella existe. Existe muchas veces, para que no te quepa duda, de que si no la viste fue tu culpa. Porque Ella existe. Y si no la amaste perdiste el tiempo, en vidrieras con tetas de juguete y maniquíes degollados. 


viernes, 4 de marzo de 2011

La estación, los perfumes y el libre cambio


          Cuando me dejo libre respiro profundo. Mi whisky. Ay, dios, qué alivio, cuando me dejo libre. Después de la droga viene la sopa, viene la sopa, ja ja. ¿Dónde compré esa moral tan ahorcativa? ¿En qué Todo por dos pesos compré esa moral televisiva, publicitaria? Duele la cabeza por no tomar, por no reír, por no mandar al carajo la mismísima mierda. Puedo asegurar que estoy mejor, sí, puedo. Le tiraba besos de tribuna a Janis mientras ella cantaba Little Girl Blue, y las trompetas sonaban y Janis gemía y mi blues, mi dolor mi vida te doy acá, en este beso. Yo no sé por qué me asusto tanto cuando mi cuerpo pide protagonismo, yo no sé, vosotros diréis por qué. 
            Lavate la culpa bañándote en whisky, ay nena ay, haceme caso. Se tiene que derretir un poco hielo, pero no aguanto la necesidad de darle un sorbo, darte un beso, un amor un dios global que no qué sí que nada, que me lleve en la garganta su aroma vital a choque en la  9 de julio. Ahora trago tranquila, yo sé que tenía, atragantado el deber de ser pulcra. Puritana refugiada, en la casa tu casa de puta cristiana de los montes de Lesal les’s. Allá, ese país, tiene un modo de hablar molesto, como una voz de pito, pero no, no es eso, es el modo de creer que están en lo correcto. Es eso. Al diablo, al demonio, a prender fuego el cartel de bienvenidos. Autóctonos como el a b c de amar a las corridas,  a sembrar mburucuyá en los jardines de las terrazas demolidas, despedazadas. A perder, a perder, a gastar todo el dinero en besos.  Cómo cómo, cómo me saco de la cabeza la fantasía de ser tus ojos. Azules, buscame, mañana, en la estación de tren, sin pedirme el documento. Sabés mi nombre, qué más querés ¿un souvenir envuelto en papel de regalo? Vení y bebamos de lo más caro… y hoy no vayas a la oficina. Yo escribo a diario mis noticias y son, sobretodo, irritantes. Para cogerlas, para amarlas, para tirarlas a la mierda. No seas cruel después de que te lean  un poema, es como reírse de un orgasmo ajeno. No, sé piadosa, de piedad, de Pío X, de iglesia católica apostólica romana puta barata vení a divertite a mi burdel de la calle Jujuy, la calle donde me crié a pistolazos. ¿Te pensás que vos solá tenés qué perder? Yo también tengo un cuerpo que a cada instante se marchita, pero te juro, está vigoroso. Será el amor, será la ausencia, será el humo que  entra y se va. Serás vos, en la estación, besándome mientras el paro de la otra línea a puro redoblante mantiene su honor. Somos hijos de nosotros mismos. Si sos rigor, es porque te parió alguna frase maldita. En cambio, si sos como yo, no hace falta que te explique.
            Vení vení vení, hay para todos tus caprichos, incluido el de no quererme más. Pará un poquito, bajá los humos que me pongo nerviosa. Sos perversa a veces, sobretodo cuando respondés mis dudas. ¿No te das cuenta que esto es puro bla bla bla y la gente es otra cosa? Mirá, ¿me ves? Soy yo, eso era todo. Feliz cumpleaños, los regalos para cuando encuentre algo representativo. Esa música es droga, tené cuidado si sos severa. Tomé media botella, ¿debí haber tomado la otra mitad? Ahora ya es de noche tarde y debo dormir y mañana será quizás momento del resto. Del resto del mundo, el que te solicita, el que te sostiene el que te tiene y te margina, el que te pesca el que te descuartiza. Será momento del resto, de nuestros años, de nuestros tiempos indescifrados, será momento de los amantes, de las corridas escolares, de los burdeles, de las madres que quieren madres, que quieren de vos un poco de esa dulzura que te brota en la quema, que te supura como supura la resina en un árbol así, resina de amor, te pedirán tus amantes. Y vos, ¿qué les darás? ¿Resina? ¿Amor? ¿Resina de amor? Mañana, mañana será el momento de correr. Ahora, solicitame en silencio, buscame sobre las yemas de tu mano… la que usás casi siempre, buscame bajo esa huella que dejé yo, sin querer, con fuego. Pero ahora lloro, otra vez, no lo contengo. Sigo siendo sensible por más  que una maratón de sortilegios pise mi negocio de sueños, sigo siendo sensible, porque mi abuela muere y yo la amo. Siglo, sigo siendo veintiuno, y a veces veinte años es mucho, sobretodo cuando una cama te recrimina.


domingo, 20 de febrero de 2011

La paz que no invadimos


Cómo será tu casa,
la ruta que lleva a la puerta,
la ropa secándose en un balcón.
Luis Chaves


         Fui a la parada con una tranquilidad de domingo absoluta, sentía el espíritu humilde, reposado, como una hamaca paraguaya. El colectivo no tardó y vino casi vacío. La ventanilla mostraba un paisaje desconocido pero clásico de conurbano: casas bajas, terrenos baldíos, almacenes amplios, chicos con camisetas de fútbol, señoras con hijos y bolsas de mandados, remeras que aprietan el cuerpo con estampados brillosos y americanos. Y miraba, yo simplemente miraba, cada guiño de ese barrio, de ese barrio tu barrio, el tuyo.

         Me bajé mal, caminé demás y llegué por fin, al lugar donde dormís casi siempre. Toqué la puerta y abriste en seguida, con una sonrisa que a cualquiera  haría sentir perfecto. Me hiciste pasar y me sentí privilegiada. Esta es tu casa, pensé, qué es la vida sino tu casa. Pusiste el agua en el fuego y me mostraste por dentro cada recoveco y cada escape. En el patio tu perra tomando sol y un ciruelo.

         Mientras preparabas el mate  fui a la panadería en  busca de algo que acompañe la charla. Abriste la puerta de entrada y la calle estaba prepotentemente hermosa. Respiré más de lo normal y sonreí, sonreí, sonreí. La señora de la panadería me recomendó unas galletitas de limón, la dejé que me convenciera y las compré con la seguridad de que no había en este mundo nada más rico. Saludé al vecino y al chico que pasó en bicicleta… ¿qué tal señor vecino?, ¿qué tal  pequeño ciclista enamorado?  Todo era claro, estaba en tu casa, qué es la vida sino el lugar donde dormís casi siempre.

         Llevaste una mesita al patio y nos dedicamos a vivir, sin más pretensiones. Más tarde refrescó y nos mudamos a la cocina. Mientras cambiabas la yerba me acerqué a la mesada y sin querer nos besamos. Nos besamos hasta que se hizo de noche. Luego hablamos de trabajo y de música. Escuchamos discos y discos y no contamos prácticamente historias. Sé de vos porque te veo, porque estoy en tu casa, qué es la vida sino el lugar donde dormís casi siempre.

         Pensé que la despedida iba a ser un momento confuso, pero al contrario, dijiste que antes  ibas a hacerme un city tour por el barrio, a lo que sonreí agradecida.  Limpiaste el mate, guardaste la yerba, bajaste la llave de gas, saludaste a la perra y finalmente nos fuimos. Hicimos unas cuadras por adentro y después buscamos la avenida Vélez Sarsfield. Miramos vidrieras, cafés, analizamos las publicidades y la cartelera de cine. Hablamos de los medios de comunicación y de ciertos artistas emblemáticos. Pensamos en ciudades que no conocemos y lo que significa viajar. Atravesamos la plaza, te convidé un caramelo y nos sentamos en el cordón a fumar un cigarrillo a medias.   
         Llegó el colectivo y nos despedimos, esta vez sí estaba lleno. Miré de nuevo  cada guiño, cada secreto. Pensé: alguien trazó  un recorrido que une  mi barrio con el tuyo, ¿habrá sido a propósito? Llegué a casa y vi que era mi casa.  Pensé en la tuya y supe que tampoco había cambiado. Dejé las llaves en la mesa y sentí, en el silencio de mi cuarto, la delicadeza de saber, que hay  una paz que no invadimos.

viernes, 18 de febrero de 2011

Unos dólares made in Rusia


            No sé si quiero, conseguir dinero e irme a vivir, a una casa con mesada de mármol. No sé si quiero, cambiar mis desconocidos terminales, por gente asentada en sillas que giran normas de convivencia. No sé si quiero dar la cara y usar mi nombre para decir que sí, al contrato civil de querernos.
            No me protejas, nunca me cuides, jamás seas dulce. Vos en tus cosas y yo no voy a decirte, dejemos de revelar nuestro código morse. Ahora resulta que tenés una carpa que soporta todo menos la ausencia. Levantá campamento porque yo no vuelvo en esta vida. El fuego se hace con ramas, no con amor, nena. Perdón, usá mi mano derecha para revolver la olla. En mis dedos los fideos que llevás a la boca, no tu cuerpo, no tu cuerpo. Hay algo que sospecho desde que salís de caza, con tu linterna de mano sólo ves el pedazo que te permite el foco. Cuando se agote la pila, querida, nada de llanto, nada de llanto. Ya estamos grandes…y qué. Ni se te ocurra darme la mano, a tientas va el soldado que le falta el revólver.
           Pum pum, pum pum… ¿te asustaste?  Es el sonido  del otro lado del mundo, no todos tenemos amor en los bolsillos. Hay gente que vive para otras cosas, la guerra quizás sea el ejemplo más fácil. 




lunes, 14 de febrero de 2011

Los cuerpos disfuncionales


Una mañana sabré desintegrar los nudos del estómago. Dejaré los retorcijones y las manos malas, dejaré quién sabe qué elemento vital que hace cada día más corta la existencia. Dejaré seguro ese whisky de mediodía y esos cigarrillos callejeros, que se fuman entre abscesos, mientras se pedalea a ningún lado. Dejaré de imaginarme otros amantes y me daré a los brazos de una cama inmune a las náuseas, una cama con  dispensers de manos de suavidad materna, que rehabilitarán la dermis curtida de frivolidades. Una madrugada no despertaré con la necesidad de una ducha salvadora que regule la temperatura del cuerpo afiebrado. Y ya no vomitaré, nunca más, en inodoros de estaciones de servicio y clientes apurados. Nunca más, ya no vomitaré, en alfombras de taxis que gritan y en  camas con olor a sexo y pis de gato.  Dejaré de ser una boca de labial corrido y seré un adulto que mira el sócalo enmohecido de su nueva casa, y piensa con la inocencia más dulce, cómo hacer para quitar lo podrido. 

 

martes, 8 de febrero de 2011

Un lápiz azul chiquito


Un lápiz azul chiquito quedó desde la primaria en el portalápices de la casa de mi madre. Nadie lo usa y ella lo guarda y yo siempre lo agarro para mirar. Creo que aquel lápiz tiene recuerdos. O no, tal vez le estoy inventando un pasado. Carolina sabe que no me gusta que me acaricien, entonces es suave y espera el momento para hacerlo. Yo estoy en la cama de un hotel en Buenos Aires, acabo de bañarme y el ventilador gira rápido en el techo. No hay ruidos precisos, hay autos y murmullos y frenadas de colectivos. Cada vuelta del ventilador es una nueva pregunta. Creo que voy a salir volando si sigo pensando estos delirios. A lo mejor la Plaza Dorrego trae copas de vino que suplantan esta sensación de no pertenecer a nadie. A lo mejor vale la pena vestirse  y buscar Defensa. Pero no, a lo mejor más tarde lo haga, ahora un cigarrillo y otro pensamiento que gira como las aspas de un molino que ventila el cuarto de este hotel de la calle Estados Unidos.
           Suena el celular pero digo que no al boliche en Palermo. Tampoco quiero derrapar en el suelo de la casa de ningún amigo. No quiero intoxicarme con filosofía de pasada la medianoche,  ni quedar con taquicardia después de un blanco tiro en el blanco. Prefiero seguir mirando el ventilador e imaginarme un subte lleno de miradas y papeles con teléfonos que se reparten entre  ojos  llamativos. Yo escribo para unos ojos azules de una mujer que ya vi en otro lado. Dibujo números poco femeninos que dicen cómo me llamo y cómo encontrar mi voz. Mi número es un  secreto y tengo miedo de que ella no lo entienda.  Sus ojos  tal vez sean la prolongación azul  del lápiz de mi infancia que dibujaba banderas. Creo que sus ojos tienen recuerdos. O no, tal vez les estoy inventando un pasado.  


jueves, 3 de febrero de 2011

Poema sobre un amanecer enfermo después de un anochecer miedoso


 ¡Qué triste, oh dios, tener por desayunos unos mates que no se convidan! ¡Qué picardía, la de desembuchar poemas subidos de tono para una risa que no es contagiosa! ¡Qué despilfarro, oh dios,  criar hijos que no tenemos y festejar sus cumpleaños en garajes con olor a nafta,  y llevarlos más tarde a la plaza a jugar a la pelota!
¡Oh dios!, ¡quiero un amor tuberculoso! Un amor sidoso, en estos tiempos es más probable. ¡Oh dios!, ¡un amor que me llene la sangre de últimos minutos! ¡Oh dios un amor! ¡Oh dios!, ¡un virus!


viernes, 28 de enero de 2011

Poema sobre un anochecer miedoso después de un mediodía enamorado


La cena no, la cena es para solitarios y aburridos. Para gente que necesita un milagro, una luz de giro, una baliza que les diga dónde está la vida buena. En mi vida a la noche se trabaja y cuando se llega, al fin de todo, se quiere hacer el amor o abrazar toda la madrugada, al ser que queremos que no se vaya nunca…pero sabemos, que inevitablemente en breve o algún día, dejará de querernos. Ese ser que amamos dejará esta tierra que es nuestra casa, nuestra habitación minúscula  llena de libros y papeles. Nuestra habitación limpia pero con olor a librería de usados. Nuestros humildes harapos y nuestras alpargatas siempre dispuestas, a seguir gastándose. Nos abandonará, lo sabemos, ¡y qué triste será  llegar a las mil y una, y tirarse en la cama como un pobre laburador, a pensar en el amor en vez de hacerlo!


miércoles, 26 de enero de 2011

Poema sobre un mediodía enamorado


 De tener que comer, comería con vos, un mediodía de cualquier estación del año. Te llevaría al bulín de la esquina, con viejos que leen el diario y comentan de fútbol mientras fuman su tabaco negro. Comeríamos y al terminar, nos desparramaríamos en las sillas a escuchar lo que viene después, que casi siempre son reflexiones afortunadas y planes llenos de infelices ilusiones.  Digeriríamos los sueños, los horarios de oficina del cual escapamos, y las corridas atolondradas de los guardias que nos persiguen por robar en sus supermercados. Después del último pucho sobremesero, haríamos un bollito con las servilletas y acomodaríamos la mugre para hacerle más liviano el laburo al pobre tipo que friega los platos. Dejaríamos una generosa propina que equivaldría a un aplauso de entrega de diplomas, y miraríamos a la moza una vez más para sonreírle con todos los dientes de nuestras dos bocas.  En la puerta nos despediríamos con la esperanza de volver a vernos, y  así, con  la ilusión de reencontrarnos en lo que queda del día, saldríamos del bulín riendo fuerte, hablando fuerte y saludando fuerte al kiosquero con olor a vino, a la señora de las flores y al pequeño peón, que construye una mansión de mil pisos espejados. Seríamos el amor en los tiempos del almuerzo, la satisfacción de andar  con el corazón bien llenito.
 

viernes, 21 de enero de 2011

Srxs.



Me trepo a un poste de luz  y le declaro la independencia al mundo.
Grito como grito en la cancha un gol de San Lorenzo, así de fuerte,  grito.
Del poste salto a otro y de otro a un semáforo y lo rompo.
Chocan los autos y yo camino sobre los capots de la metalurgia.
Alguien saca de la  ventanilla un mate y me lo convida. ¡Gracias!
La cana cae y hace el circo de siempre.
Los policías querían ser payasos pero no se la bancaron, no no.
La cana me tira balas y yo me las como, las mastico como chicles.
La cana trae más patrullas pero la cana no.
Yo voy saltando techos y tocando la guitarra.
Yo voy haciendo rock and roll para el futuro.
Yo siempre cumplo un año más de los que cumplo, tengo un diley para adelante. 
Las embarazas paren en el acto y los críos nacen sin necesidad de teta.
Señorxs y Señorxs, bienvenidos a la independencia.


miércoles, 19 de enero de 2011

La nueva noria


          El quiebre se da ahí, la alegría pasa por el glande del alma. Puedo redescubrir América mil veces, pero si del otro lado del charco nadie está a la expectativa, qué me importa ser un rey, despiadado. Ahora te das cuenta que la historia es sólo para conquistarte. Tanto esfuerzo tanto show, tanta obra de teatro. Lo único que me calma esta energía revirada, son los guiones. Las rayitas de diálogo concupiscentes, refractarias y absolutas conscientes de sí mismas. Pero el despliegue escénico es más hermoso, cuando te cuento entre los espectadores. Qué idiosincrasia maldita la de necesitar tu aplauso.
                                                                                                                     
Venite a mi barrio de gente pobre, venite a fumar a tomar vino en bolsa. Al cartón cotizado le encontramos la vuelta, a todo le encontramos la vuelta siempre. Una amiga me dijo sabiamente  la elite si no se viste no se reconoce. Gracias que siempre me tocó, ser la zaparrastrosa de la fiesta. La gente careta no sabe lo lindo que es ser, finamente un groncho.
Agarrá los cubiertos como quieras y agarrate de mí si te hace falta, yo no te suelto. Sacate todo, ponente cómoda,  lo que importa es cómo llevás el cuerpo. Yo quiero que entiendan que el protocolo es protoculo, todo lo sofisticado sale para la mierda. Te lo digo yo que trabajo en la calle, el amor es un abrazo calentito y el peligro está en la tele. Nada  más asesino que un noticiero a las dos de la tarde. Tomate una cerveza que te actúo, mi nueva obra en la vereda. 

viernes, 14 de enero de 2011

Temperley

Creo que sí, que basta, que te la jugás por amor porque hoy se me murió un amigo. Un amigo se te muere para decirte que te la juegues por alguien. Te avisa te dice que ames, que un día necesitás del recuerdo. Yo sé que tiene razón, que si no amás sos una cosa fea. Pero viejo, no me sale el amor como salen los billetes del banco.  Ya sé, dije una boludez, perdón amigomuerto, para mí estás al lado mío cagándome a pedos y tengo que amar y punto. Gracias boludo, pero no tenías que morirte.  


- Nada más fácil que llamar a una minita e invitarla a salir. Es corta, marcás el número  y le decís “Hola hacemos algo”. Escuchame, es: “Hola hacemos algo”, presente del indicativo. Nunca digas: “Hola… podríamos hacer algo, ¿te parece?” ¿Entendes? No le preguntés, vos mandate.  Si das vueltas se te pasa la vida dando vueltas, ¡no des más vueltas! Dale, llamá a la minita esa que querés, esa con la que charlaste imaginariamente toda la semana, ¡y charlá de una vez por todas de posta esta noche! ¡Poné huevo!

Gracias amigo, ¡te quiero!

Resulta que ya sé, te diste cuenta, nunca amé ni tuve novia. Si querés garchar, no quiero, paso. Dame un abrazo fuerte, toda la noche hasta mañana. El viaje en tren sale la mitad que el bondi pero dura como ocho horas y se para en Temperley. El tren igual me gusta,  aunque se pare en Temperley y tenga polvo. Cuando se para me muero de ganas de tenerte al lado, cuando el tren se para saco el cuerpo por la ventanilla y fumo, porque todos fumamos por la ventanilla cuando el tren se para. Cuando viajes conmigo fumamos, ¿dale? Si me llevo el termo con agua termino haciendo unos mates y después me agarran ganas de hacer pis. Pero no puedo hacer en el tren, no sé aplicar la fuerza en la letrina. Si me charlás un poco me olvido de las ganas de ir al baño. Te comparto los auriculares y la vida, te leo un poema y hablame que me encanta. El tren está bueno para hacer una peli. Yo me imagino novelas y escenas de cine cuando voy en el tren, y más cuando se para en Temperley. Mi hermano se va a vivir a Lanús, veo Lanús y me acuerdo de él. Pero de vos me acuerdo todo el tiempo, incluso cuando  paso por Lanús y me acuerdo de mi hermano. Yo vivo para el amor, ¿vos vivís para otra cosa? Enseñame así aprendo.
Hoy me tomo el tren y fumo en Temperley y una vez en tierra firme, te busco y te digo “hola hacemos algo, presente del indicativo sin vueltas”.

Gracias amigo, ¡te quiero tanto!