martes, 10 de mayo de 2011

Poema cuatro


Demasiado, hace calor acá. Me voy a ir a fumar un pucho, una pipa de agua con vos. Agua, debería bañarme, o meterme en el mar o nadar hasta ¿tu costa?, sí, tu costa llena de vos, de edificios gigantes y subtes que bajan como submarinos y tus ojos de nuevo, pero esta vez no me despido, mejor me quedo, duermo en una iglesia o duermo entre los perros, duermo y me abrigo de tu recuerdo y se me pasa el frío. Y sueño que venís con un abrigo inmenso, como decís vos: “tengo varias capas”, varias capas de abrigo de vos, eso quiero, que me pases el brazo por el cuello y me alteres la temperatura mientras yo me meto en cada pliegue, me filtro como un microscopio se filtra en las escamas de una mariposa, y te veo de cerca, en detalle, te siento al milímetro y me convierto en tus células porque abro los sentidos y te oigo con los dedos y te escucho con la boca, y ya no hay perros ni iglesia, hay una sinestesia gigante de tu cuerpo en capas que me abriga, y pasa el domingo y nunca llega otro día, un descanso total en horas circulares, como si amarse fuera una ruleta llena de números cero.


2 comentarios:

  1. Primero: qué lindos los poemas 2,3 y 4 (me reservo las palabras para el primero jaja).
    Segundo: por qué metés el pucho en cada texto? me está haciendo la competencia en tu escala de deseos orales?
    Tercero: después de un rato me acordé lo de las capas. Y lo de tu viejo entomólogo.
    Cuarto: no podía faltar el juego en este texto! Si no es la Quiniela, es la ruleta jaja. No tenés cura. Y me encantás.

    ResponderEliminar
  2. Primero: el uno es el más genial de todos.
    Segundo: sos mejor que el pucho.
    Tercero: yo no me olvido de vos. Y mi viejo es entomólogo.
    Cuarto: juego, quiniela, ruleta, ¿cura? Y me encantás.

    ResponderEliminar