miércoles, 4 de mayo de 2011

Poema dos


¿estoy dormida?, mejor apagá la luz, sí, así está muy bien, ¿y sabés? ¿me puedo prender un puchito?, bueno, está bien, después, ahora no, ¿agua?, ya busco la botella pero caminemos un poco más, aunque haga frío caminemos que me gusta con vos de la mano,  qué linda es tu mano, ¡y cómo me gusta agarrarla!, che, mirá,  mirá  cómo se hincha esa calle cómo  crece el pecho del cielo mirá cómo baila, la gente sabe, en este lugar hay una pausa un suspiro un qué importa todo está bien, ¡todo está tan  bien!, que no puedo parar de reír, te digo  basta,  porque me va a doler la panza de reírme así, y de repente se abre la puerta con trapecios y circo beat ese show luces y una travesti hermosa, súper exuberante, aparece en escena y canta una canción bien gay, todos aplaudimos,  pero ¿y eso?  ¿es una película? ¿de qué me acordé?, debe ser que estoy en ese momento del sueño en que se mezcla todo, sí, es porque me estoy por dormir, no te preocupes, quizás son mis ganas de quedarme acá, ahí acá, son adverbios, ¿y sabías que los adverbios son palabras instintivas, básicas, palabras más necesarias que mamá?, por ejemplo el no y el , palabras primitivas, ¡y son adverbios!, ni sustantivos ni verbos ni putos adjetivos, ¡son adverbios!, como ayer hoy y mañana y ahora, sí, mi abuela escucha un tango en la radio rota, un tango roto suena bien porque el tango es roto quebrado que quiere pegar pero llora enredado ahora me corro más para allá, mejor abrazame, mirá cómo suena dejame escucharte, sí, ahora, traé la guitarra lo primero que se te ocurra, eso, así, yo me acuesto pero te escucho así te siento mejor, me encanta ahora no puedo parar de pensar, y  se hizo tarde, comamos algo pero ¿se cortó la luz? no, eso después, ahora comamos y después me tocás también esa canción que me gusta tanto y otra y otra y todo lo que sepas quieras dejame tocarte despacito ahí ay hay mil historias todas juntas de otros años de antes de después y más adverbios de tiempo ¿una historia? no sé, no sé contar historias te dije contame vos, sí, contame, bueno, una cada una pero no me salen bien, está bien, tenés razón, te cuento una historia pero mirá cómo mirás, ¿te viste la mirada?, nadie que te mire a los ojos podría gritar, aunque gritar está bien en otro contexto que no sea el de tus ojos, y ahora que me acuerdo me dio cosita, cómo se cuenta la vida  ¿escuchás?, creo que todavía no me dormí, estoy en ese momento del sueño que no es sueño todavía, ¿ya te lo dije, no?, que estoy  por dormirme profundo, en ese estado previo que es como  un limbo, un trance, ¿estado alfa?, sí, creo que lo llaman así,  por eso no distingo si esto es mi casa o el hotel pero pará que llamo a mi abuela, no sé a dónde estoy viajando, ¿Lomas, Lanús, Banfield? ¿Capital?, desde dónde te pienso ya no sé, desde dónde me acuerdo tampoco, esperá que me ubico, sí, a veces hablo fuerte y estamos ¿dónde? ¿vos viste qué linda es Buenos Aires?, a veces se me llena el pecho de emoción y me sube agua hasta mitad de los ojos, y ahora me subo al micro en la avenida Yrigoyen, estoy con mi hermano y al pobre lo hice levantar para que me acompañe para no perderme y hace frío un frío polar si me muevo me quiebro porque se me congeló de la rodilla para abajo y cómo hablás ese francés tan lindo, te quiero escuchar ahora, en este momento del casisueño, con tu guitarra y  sí, ya me duermo profundo, ¿me habré dormido ya? , ¡ah, esperá!, ¡no te conté!, mi hermano me regaló una azucarera, ¡si vieras lo linda que es!, ¿vieras?, ¿por qué te conjugué en segunda y en ese tiempo y en ese modo?, me hice reír, ¿se habrá escuchado?, creo que es el micro de vuelta, sí, nos despedimos en el subte, entre las dos líneas, dos pasillos dos túneles y a otro lugar, otra tierra, el mar de mi costa a mí me gusta porque es furioso, y cuando te metés tenés que luchar, no podés hacer la plancha porque chau, te lleva lejos te mata, y Buenos Aires también no te deja dormir, porque te arrastra la gente los autos los edificios se caen pero si sabés nadar sabés seguir y hasta podés leer en la orilla, ¡ay!, qué fría está el agua y tengo las manos congeladas, no, al médico no, pará, mirame de nuevo así me acuerdo, cierto, eras así, sí,  si la tranquilidad tuviese forma sería redondita medio rasgada como tus ojos, ahora ya me duermo profundo porque ya tengo el cuerpo calentito, qué lindo es dormirse así, definitivamente no sé dónde estoy, si esto es un micro  un tren  un hotel o  mi cama, pero pará, dejame un poquito más, que no me quiero olvidar de nada. 


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