miércoles, 19 de enero de 2011

La nueva noria


          El quiebre se da ahí, la alegría pasa por el glande del alma. Puedo redescubrir América mil veces, pero si del otro lado del charco nadie está a la expectativa, qué me importa ser un rey, despiadado. Ahora te das cuenta que la historia es sólo para conquistarte. Tanto esfuerzo tanto show, tanta obra de teatro. Lo único que me calma esta energía revirada, son los guiones. Las rayitas de diálogo concupiscentes, refractarias y absolutas conscientes de sí mismas. Pero el despliegue escénico es más hermoso, cuando te cuento entre los espectadores. Qué idiosincrasia maldita la de necesitar tu aplauso.
                                                                                                                     
Venite a mi barrio de gente pobre, venite a fumar a tomar vino en bolsa. Al cartón cotizado le encontramos la vuelta, a todo le encontramos la vuelta siempre. Una amiga me dijo sabiamente  la elite si no se viste no se reconoce. Gracias que siempre me tocó, ser la zaparrastrosa de la fiesta. La gente careta no sabe lo lindo que es ser, finamente un groncho.
Agarrá los cubiertos como quieras y agarrate de mí si te hace falta, yo no te suelto. Sacate todo, ponente cómoda,  lo que importa es cómo llevás el cuerpo. Yo quiero que entiendan que el protocolo es protoculo, todo lo sofisticado sale para la mierda. Te lo digo yo que trabajo en la calle, el amor es un abrazo calentito y el peligro está en la tele. Nada  más asesino que un noticiero a las dos de la tarde. Tomate una cerveza que te actúo, mi nueva obra en la vereda. 

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