La cena no, la cena es para solitarios y aburridos. Para gente que necesita un milagro, una luz de giro, una baliza que les diga dónde está la vida buena. En mi vida a la noche se trabaja y cuando se llega, al fin de todo, se quiere hacer el amor o abrazar toda la madrugada, al ser que queremos que no se vaya nunca…pero sabemos, que inevitablemente en breve o algún día, dejará de querernos. Ese ser que amamos dejará esta tierra que es nuestra casa, nuestra habitación minúscula llena de libros y papeles. Nuestra habitación limpia pero con olor a librería de usados. Nuestros humildes harapos y nuestras alpargatas siempre dispuestas, a seguir gastándose. Nos abandonará, lo sabemos, ¡y qué triste será llegar a las mil y una, y tirarse en la cama como un pobre laburador, a pensar en el amor en vez de hacerlo!
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