viernes, 14 de enero de 2011

Temperley

Creo que sí, que basta, que te la jugás por amor porque hoy se me murió un amigo. Un amigo se te muere para decirte que te la juegues por alguien. Te avisa te dice que ames, que un día necesitás del recuerdo. Yo sé que tiene razón, que si no amás sos una cosa fea. Pero viejo, no me sale el amor como salen los billetes del banco.  Ya sé, dije una boludez, perdón amigomuerto, para mí estás al lado mío cagándome a pedos y tengo que amar y punto. Gracias boludo, pero no tenías que morirte.  


- Nada más fácil que llamar a una minita e invitarla a salir. Es corta, marcás el número  y le decís “Hola hacemos algo”. Escuchame, es: “Hola hacemos algo”, presente del indicativo. Nunca digas: “Hola… podríamos hacer algo, ¿te parece?” ¿Entendes? No le preguntés, vos mandate.  Si das vueltas se te pasa la vida dando vueltas, ¡no des más vueltas! Dale, llamá a la minita esa que querés, esa con la que charlaste imaginariamente toda la semana, ¡y charlá de una vez por todas de posta esta noche! ¡Poné huevo!

Gracias amigo, ¡te quiero!

Resulta que ya sé, te diste cuenta, nunca amé ni tuve novia. Si querés garchar, no quiero, paso. Dame un abrazo fuerte, toda la noche hasta mañana. El viaje en tren sale la mitad que el bondi pero dura como ocho horas y se para en Temperley. El tren igual me gusta,  aunque se pare en Temperley y tenga polvo. Cuando se para me muero de ganas de tenerte al lado, cuando el tren se para saco el cuerpo por la ventanilla y fumo, porque todos fumamos por la ventanilla cuando el tren se para. Cuando viajes conmigo fumamos, ¿dale? Si me llevo el termo con agua termino haciendo unos mates y después me agarran ganas de hacer pis. Pero no puedo hacer en el tren, no sé aplicar la fuerza en la letrina. Si me charlás un poco me olvido de las ganas de ir al baño. Te comparto los auriculares y la vida, te leo un poema y hablame que me encanta. El tren está bueno para hacer una peli. Yo me imagino novelas y escenas de cine cuando voy en el tren, y más cuando se para en Temperley. Mi hermano se va a vivir a Lanús, veo Lanús y me acuerdo de él. Pero de vos me acuerdo todo el tiempo, incluso cuando  paso por Lanús y me acuerdo de mi hermano. Yo vivo para el amor, ¿vos vivís para otra cosa? Enseñame así aprendo.
Hoy me tomo el tren y fumo en Temperley y una vez en tierra firme, te busco y te digo “hola hacemos algo, presente del indicativo sin vueltas”.

Gracias amigo, ¡te quiero tanto!

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