No sé si quiero, conseguir dinero e irme a vivir, a una casa con mesada de mármol. No sé si quiero, cambiar mis desconocidos terminales, por gente asentada en sillas que giran normas de convivencia. No sé si quiero dar la cara y usar mi nombre para decir que sí, al contrato civil de querernos.
No me protejas, nunca me cuides, jamás seas dulce. Vos en tus cosas y yo no voy a decirte, dejemos de revelar nuestro código morse. Ahora resulta que tenés una carpa que soporta todo menos la ausencia. Levantá campamento porque yo no vuelvo en esta vida. El fuego se hace con ramas, no con amor, nena. Perdón, usá mi mano derecha para revolver la olla. En mis dedos los fideos que llevás a la boca, no tu cuerpo, no tu cuerpo. Hay algo que sospecho desde que salís de caza, con tu linterna de mano sólo ves el pedazo que te permite el foco. Cuando se agote la pila, querida, nada de llanto, nada de llanto. Ya estamos grandes…y qué. Ni se te ocurra darme la mano, a tientas va el soldado que le falta el revólver.
Pum pum, pum pum… ¿te asustaste? Es el sonido del otro lado del mundo, no todos tenemos amor en los bolsillos. Hay gente que vive para otras cosas, la guerra quizás sea el ejemplo más fácil.
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